miércoles, 24 de febrero de 2021

¡EN JET PRIVADO! Trasladan a España gato atropellado de Cristiano


ole.com.ar  Pese a que Cristiano Ronaldo está pasando por un gran momento en Italia, con cinco goles en los últimos seis partidos de la Juventus, a nivel personal, tanto el portugués como su familia no están viviendo sus mejores días. Es que hace casi dos meses, Pepe, el gato de Cristiano y Georgina Rodríguez, sufrió un accidente y tuvo que permanecer más de un mes y medio en cuidados intensivos.

Según informaron medios europeos, el famoso gato esfinge, a quien Georgina suele dedicarle posteos bastante seguido en su cuenta de Instagram, se escapó de la casa en la que viven en Turín y fue atropellado por un auto. Pepe sufrió heridas de gravedad y, tal como describió la misma Rodríguez, debió permanecer varias semanas en terapia.

El gato de Cristiano y Georgina fue atropellado y lo trasladaron a España en un jet privado para ser atentido.

"Estuvo cerca de la muerte y después de un mes y medio en cuidados intensivos en el veterinario, decidimos que mi hermana Ivana debería cuidarlo", explicó Georgina para la revista española InStyle. Así, luego de salir de cuidados intensivos, el gato fue trasladado a España para continuar con su recuperación. Lo más llamativo en este punto, es que Pepe viajó al país ibérico en el lujoso jet privado familiar.

El gato de Cristiano y Georgina fue atropellado y lo trasladaron a España en un jet privado para ser atentido.

"Pepe está ahora en España recuperándose... ahora está en las mejores manos", agregó la pareja de Cristiano. La intención es que, en cuanto se recupere, el gato vuelva a Turín para continuar compartiendo momentos con su familia.

El gato esfinge es parte del clan Ronaldo desde hace dos años. Cuando trascendió que su nombre era Pepe, muchos lo relacionaron con el defensor, quien fue compañero de CR7 en el Real Madrid y en la selección de Portugal. 

 

lunes, 22 de febrero de 2021

Ex Jugador del Real Madrid será juzgado por difundir contenido de carácter pedófilo


deportes.canalrcn.com El antiguo jugador del Real Madrid e internacional alemán Christoph Metzelder será juzgado en abril en Düsseldorf por difusión de imágenes de carácter pedófilo, anunció este lunes el tribunal.

Metzelder, que niega los hechos, será juzgado a partir del 29 de abril, añadió el tribunal en un comunicado.

El antiguo defensa de la selección alemana, de 40 años, está acusado de haber enviado a una conocida por WhatsApp 29 imágenes con carácter pedófilo y pornográfico. También será juzgado por poseer este tipo de fotografías.

La justicia no emitió un mandato de arresto sobre el antiguo futbolista, que seguía una formación de entrenador en la Federación Alemana de Fútbol (DFB), cuando abrió la investigación, en septiembre de 2019.

El diario Bild afirmó entonces que fue la novia del antiguo jugador, con la que mantenía una relación desde hacía un año, la que le había denunciado tras haber recibido al menos una quincena de imágenes de carácter pedófilo.

La cadena pública de televisión ARD, con la que el jugador se había convertido poco antes en comentarista, decidió inmediatamente "suspender su cooperación", durante la investigación.

Subcampeón mundial en 2002, Metzelder fue 47 veces internacional entre 2001 y 2008, como defensa central.

Tras brillar en el Borussia Dortmund (2000-2007), fichó por el Real Madrid (2007-2010) y regresó a Alemania para jugar en el Schalke, en el que se retiró en 2013.

Después dirigió una agencia de publicidad y su propia fundación, "Fondation Christoph Metzelder", para apoyar los proyectos de niños y jóvenes. Además entrenaba al equipo sub-19 del TuS Haltern.


martes, 2 de febrero de 2021

TERROR. El niño con la camiseta de plástico viral de Leo Messi


Una foto le hizo famoso... pero convirtió su vida en una pesadilla

Murtaza Ahmadi saltó a la fama en enero de 2016. Con cinco años, este pequeño afgano se hizo viral después de que su hermano subiera a Facebook una foto suya con una camiseta de plástico con el nombre de Messi. La historia estuvo en todos los medios, llegó a oídos de los organismos internacionales y, también del 10 del Barcelona y de la selección argentina. Hubo encuentro, hubo fotos, abrazos, alegría... y olvido, como se puede ver en un reportaje publicado por Bleacher Report.

Murtaza y su familia narran en este vídeo la pesadilla que ha supuesto para todos ellos la historia de la camiseta de plástico. Amenazas, un intento de huida, miedo al secuestro y finalmente el exilio del pequeño en Kabul, la capital del país, alejado de los suyos y escondido del resto de la población.

"Mi hermano me dijo que tenía que hablar conmigo y me llevó a casa, escribió Messi, me dio la camiseta de plástico y dijo 'Murtaza Messi'. Estaba contento, era como un futbolista", recuerda el niño. "Le hice una foto y la subí a Facebook", cuenta Hamayoun, su hermano mayor. Y así empezó todo. La foto se empezó a replicar en cientos, miles de cuentas. Y mientras en el planeta entero Murtaza era admirado, en su pueblo se reían de él. "Todo el mundo se metía conmigo, me decían que vestía con plástico", rememora. A Arif, su padre, le hizo menos gracia: "La gente empezó a pensar que en qué circunstancias económicas estábamos, que ni siquiera podía comprarle una camiseta a mi hijo".

Hamayoun, cuya foto llegó a todos los rincones del mundo, recuerda cómo Messi llegó a sus vidas: "Oí el rumor de que quería conocerle". Y pronto llegaron dos cajas de gente cercana a Messi a su casa. "Cuando vi las cajas por primera vez pensé que una tendría juguetes para Murtaza y la otra dólares", dice su padre. Pero no: "Un balón y una camiseta".

Daba igual, el rumor se había entendido. Messi le había mandado una gran cantidad de dinero a la familia Ahmadi. "Nuestra cultura se basa en la caridad, si un extranjero está en contacto con él, entonces debe haberlo ayudado", dice su tío. "La gente que pasaba por el pueblo preguntaba que cómo vivía, que si Messi nos había mandado mucho dinero. Y empezó a haber gente merodeando la casa por la noche. Fue muy molesto", lamenta Arif.

La familia pidió asilo e incluyó en su petición una carta de los talibanes amenazando con capturar a la familia, para que se lamentasen de sus acciones con Messi. La petición de asilo nunca fue atendida ni aceptada y los Ahmadi tuvieron que volver a Jaghori.

Cuando las cosas pintaban peor, Murtaza recibió un billete a un mundo mejor, a una oportunidad y a un sueño. Podría viajar a Doha y conocer a Leo Messi. Las imágenes las vimos todos. De la mano de Leo, el pequeño saltó al campo en un partido amistoso, se agarró a sus piernas, se abrazó todo lo fuerte que pudo al 10 y tuvo que ser el árbitro el que se lo llevase en brazos para que el partido pudiese comenzar.

"Le dije que me quería quedar con él, que quería jugar con él. Él me decía que me fuera con mi padre, pero no entendía su lengua", recuerda el pequeño. "Yo estaba muy contento", dice su padre, "porque ahora que estaba en Qatar, con su ídolo, con este gran futbolista, dándole el balón".

"Pensamos que al ir a Doha quizás Messi sería como Ronaldo", explica Arif, que había oído la historia de Zaid Abdul, un niño refugiado sirio que saltó de la mano de Cristiano al Bernabéu y cuya familia recibió asilo en España, además de otros rumores sobre gigantescas donaciones del portugués. "Fuimos a Doha para que Messi pudiera hacer algo por él. Pero no hizo nada por Murtaza".

A su vuelta a casa, con las manos vacías, la realidad fue como una película de terror. Todo el mundo creía que tenía una gran cantidad de dinero gracias a Messi, que su familia escondía la donación de Leo. Pero no sólo eso no era cierto, Murtaza además debía enfrentarse a muchas amenazas. "La gente me decía que tenía mucho dinero de Messi". Y empezaron las amenazas de secuestro. La gente le paraba camino del colegio y le preguntaba si era el Pequeño Messi. "Le dije que no, que era su hermano", dice el pequeño en el documental de Bleacher Report.

Dejó de ir al colegio, dejó de salir a la calle, dejó de jugar. Su familia le mandó con su tío a Kabul, a 300 kilómetros de casa. Allí jugaba con sus primeros dentro de casa o en el tejado. Pero al miedo a salir a la calle por temor a los secuestros se unió una escalada de atentados en la capital afgana. "Había muchas explosiones por todas partes. Boom", dice. "No tengo un sitio para jugar. No tengo amigos". ¿Hubiera deseado no ponerse esa camiseta?. "Me la pondría, porque adoro a Messi", acaba Murtaza, que por fin pudo regresar a casa hace unos meses. /// marca.com