Cristiano
Ronaldo y Messi se saludan antes del comienzo del encuentro - REUTERS
Los azulgranas pierden una primera plaza que tenían en la mano tras ser goleados por la Juventus en el Camp Nou
abc.es El 2-8 que el Barcelona había encajado en Lisboa ante el Bayern de Munich parecía el punto de inflexión de los azulgranas en la Champions League. De hecho, la trayectoria de los azulgranas esta temporada, bajo el mando de Koeman, estaba siendo impoluto, con cinco victoria en cinco partidos y recibiendo a la Juventus en el Camp Nou para cerrar la fase de grupos con el primer puesto en las manos. El 0-2 logrado ante los italianos en Turín y la inexpugnabilidad del feudo azulgrana, que sumaba invicto 38 partidos consecutivos en Europa, convertía en tarea imposible que la «Vacchia Signora» desbancara al Barça del liderato. Salvo sorpresa. Y esa sorpresa llegó en una de las semanas más complicadas para el club azulgrana, que desnuda todas sus carencias, confirma las debilidades en las dos áreas y ratifica su temporada de transición en un año en el que parece poco probable que puedan ganar algún título. La Liga quedó prácticamente descartada este pasado fin de semana tras la derrota en Cádiz (2-1) y las opciones europeas han quedado muy entredicho tras el nuevo ridículo sumado en la competición.
El Barcelona no compareció en toda la primera parte, salvo por un par de destellos de Leo Messi que Buffon, su gran bestia negra, supo desbaratar. Pirlo colocó al veterano portero (42 años) bajo palos sabiendo las dificultades del argentino para batirle. De hecho, Messi solo ha sido capaz de anotarle un gol, en 2017, cuando se quitó una espina que le estaba atormentando. Precisamente, Messi estuvo en el punto de mira de todos los analistas por su duelo con Cristiano Ronaldo, que sin hacer tampoco un excelente partido, le ganó la mano al anotar el primer tanto del encuentro y el tercero, el que le quitaba el liderato y le enviaba a jugar los cruces contra los rivales más fuertes y con el choque de vuelta fuera de casa. El portugués, que trató de sorprender a Ter Stegen a las primeras de cambio, forzó un penalti muy discutido que ni siquiera fue revisado por el VAR. Una carga con Araújo fue sancionada por el árbitro alemán mientras las redes sociales ardían por la polémica jugada. Ronaldo marcó la pena máxima por el centro de la portería, sumando su gol número 13 en el Camp Nou (posteriormente haría el 14), el estadio que mejor se le da, vistiendo las camisetas de la Juventus y del Real Madrid. A pesar de ello, Messi cuajó una buena actuación, siendo de los pocos jugadores con llegada, que generó peligro y que demostró orgullo sobre el terreno de juego.
Llevaba el Barcelona 13 temporadas seguidas acabando como primero de grupo en la fase de grupos y ayer rompió la racha. Se intuyó cuando McKennie aprovecho la pasividad defensiva para marcar el segundo tanto. Veinte minutos y se desprendía un cierto aroma a Lisboa, cuando el Bayern ridiculizó al equipo de Setién. Y solo hicieron falta cinco minutos de la segunda parte para que Cristiano Ronaldo volviera a ajusticiar a los culés desde los once metros. Una mano de Lenglet dentro del área fue analizada por el VAR y posteriormente señalada. La lanzó el portugués colocando el 0-3 en el electrónico y la obligación del Barça de aferrarse a la épica anotando dos goles, algo que viéndose la propuesta culé parecía tarea imposible.
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