Yelimar Requena / Lider deportes Después de un largo slump, el beisbol venezolano está listo para comenzar a batear por encima del promedio. Los cambios forzados por la pandemia, lejos de restarle calidad al torneo, han aumentado la intensidad. No hay tiempo para errores, las dobles carteleras y las series cortas estarán a la orden del día, incluso para los eternos rivales: Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes.
Apenas cuatro compromisos se celebrarán en torno a esta enemistad, que es más antigua que el circuito mismo y suma 85 años de historia. Los primeros dos enfrentamientos de este año serán el 22 y el 23 de diciembre, primero en Valencia y luego en Caracas. Tan solo cuatro días después volverán a medir fuerzas, el 27 en el parque de la UCV y el 30 en el José Bernardo Pérez.
Nunca antes se habían cruzado tan poco. De hecho, para encontrar una serie similar hay que remontarse a la temporada 2002-2003, que fue suspendida a raíz del paro petrolero, y en la cual apenas se realizaron cinco Caracas-Magallanes.
Después de eso, nueve compromisos había sido el mínimo hasta la contienda pasada, cuando la reducción del calendario dejó las series particulares en seis compromisos.
Además, el número par siempre genera suspicacia al dejar abierta la posibilidad de un empate. Pero eso es casi imposible, una completa rareza. Desde que se estrenó la LVBP, en 1946, los eternos rivales se han permitido tan solo cinco empates (1949, 1954, 1973, 1991 y 2006) en 46 ediciones con series pares.
La guerra casi siempre es todo o nada. Por eso este año lo corto no hace menos interesante la batalla.
Una nueva década comienza y hay mucho que demostrar. En la pasada dividieron honores, ganando la serie particular cinco veces cada uno, algo que no ocurría desde los 70 y que no hace honor a la premisa de esta historia: no dar tregua al rival.
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